Permiten a la ciudadanía acceder a la recarga de vehículos eléctricos, con puntos de recarga ubicados en áreas de fácil acceso y con sistemas de pago integrados. 

Gracias a la alta potencia de carga, podrás reducir el tiempo de recarga de tu vehículo eléctrico. 

Disponiendo de puntos de recarga rápida en entornos públicos, puedes recargar rápidamente el vehículo cuando estás en ruta, aumentando así la distancia que puedes recorrer. 

Ya sea para el ámbito empresarial o propietarios de negocios o de la administración pública, los puntos de recarga rápidos sirven como atrayente de personas que podrán disfrutar de los servicios que ofertas, mientras se recarga su vehículo eléctrico. 

Al ofrecer el servicio de puntos de recarga rápida también estás favoreciendo que más gente dé el paso a la movilidad eléctrica, ya que uno de los principales inconvenientes es tener certeza de que puedes llenar la batería de tu vehículo. 

Al facilitar la recarga eléctrica en entornos públicos, estás también contribuyendo a mejorar las condiciones ambientales y reducir la contaminación, evitando ruidos y emisiones de CO2 a la atmósfera que generarías de utilizar combustibles fósiles como el gasoil o la gasolina. 

Lo primero es conectar el cable de carga del vehículo al conector correspondiente en el punto de recarga rápida, teniendo en cuenta que existen diferentes tipos de conectores de carga. 

Generalmente, deberás identificarte y autorizar la transacción de energía, antes de empezar a cargar. Para ello, se puede utilizar una tarjeta RFID, una aplicación móvil o un sistema de pago integrado en el propio punto de recarga. 

Seguidamente, comienza el intercambio de datos entre el vehículo y el punto de recarga rápida, donde se acuerda la cantidad de potencia que se entregará durante el proceso de carga, dependiendo de la capacidad de carga del vehículo, el estado de la batería y las limitaciones de la red eléctrica. 

Hecha la comunicación y acordada la potencia, el punto de recarga rápida suministra energía eléctrica al vehículo a una tasa mucho mayor y realizándose la carga en corriente continua. 

Puedes monitorizar y controlar el proceso de carga, ajustando parámetros (como la temperatura de la batería, la velocidad de carga y el estado general del sistema) cuando sea necesario, para lograr una carga segura y eficiente. 

La carga puede finalizar de manera automática cuando la batería del vehículo alcanza el nivel de carga deseado, o cuando decides finalizar el proceso. Entonces, se interrumpe el suministro de energía y desconectas el cable de carga del punto de recarga.  

También puedes realizar ajustes para recibir una notificación de que la carga ha finalizado, donde se muestren también detalles de la carga como la energía suministrada y el coste de la recarga.