Autoconsumo fotovoltaico, el futuro del sector agroalimentario

    Durante los últimos años en España, hemos experimentado una crisis económica profunda que ha alcanzado, incluso, a las grandes empresas y compañías de diversos sectores.

    Las gigantes eléctricas tradicionales, sin embargo, no han reducido los precios del Kw/h, sino que, por el contrario, estos han ido en aumento… a lo que además hay que añadir las subidas del IPC (Índice de Precios al Consumo) que acontecen anualmente.

    Todas las empresas ven de alguna manera mermados sus costes, pero si hay un sector en el que este factor es determinante, es el agroalimentario, pues su coste energético ya asciende al 30% de sus costes de producción totales, lo que, al final, acaba repercutiendo incluso al usuario final al no poder ser las compañías del sector más competitivas en precio.

    Dicho de otra manera, hablamos de un sector que depende, enormemente, de su consumo energético para el desarrollo de su actividad.

    Desde el año 2015, y según datos oficiales de UNEF (Unión Española Fotovoltaica), las cifras referentes a la implantación de la energía fotovoltaica prácticamente se han duplicado cada año, ascendiendo, en 2017, hasta 135 MW de potencia fotovoltaica instalada.

    Esto es debido, en gran medida, a que el número de empresas que apuestan por la energía limpia fotovoltaica va en aumento, destacando, por supuesto, empresas del sector agroalimentario cuyos consumos son tan elevados.

    Para estas empresas, esta tecnología representa importantes ventajas:

    • Obtención de potencia ilimitada 24h/7 en aquellas instalaciones que incorporan sistemas de almacenaje de carga.
    • Ahorro energético que se traduce en una amortización de la inversión inicial sostenible en el tiempo y, a la larga, en un gran ahorro de costes.
    • Poder aprovechar la instalación inicial como punto de partida para la implantación del nuevo sistema sin tener que realizar una transformación completa.

    Anteriormente, estas empresas movían sus bombas de riego y otros elementos mediante el uso de grandes generadores eléctricos o de gasoil, incurriendo en enormes gastos y empleando fuentes no respetuosas con el medio ambiente.

    El siguiente gráfico de un sistema de riego agrícola básico muestra como, sencillamente, la idea es sustituir la fuente original (de generadores eléctricos o de gasoil) por una instalación fotovoltaica (bombeo solar):

    bombeo solar

    Estas instalaciones tienen una vida útil mínima de 25 años, tiempo más que suficiente para rentabilizar la inversión e, incluso, obtener beneficios por las ventajas mencionadas con anterioridad.

    La UNEF presentó en 2017 el grupo operativo “Modelos operativos, jurídicos, económicos y financieros para la implantación de energíafotovoltaica sostenible y competitiva en instalaciones agroalimentarias”

    Este grupo operativo, financiado por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, tiene como objetivo la creación de un marco para la implantación eficiente y rentable de la energía fotovoltaica en el sector Agroalimentario, así como la identificación de los escenarios operativos y las barreras jurídicas y económico-financieras para el correcto desarrollo del proyecto.

    Este tipo de iniciativas demuestran que, afortunadamente, la incorporación de los sistemas de autoconsumo fotovoltaico cada vez tienen más cabida no sólo en cuanto a la utilización de una energía limpia y eficiente, sino, además, en lo respectivo a términos económicos y de rentabilidad… algo que, desde Cambio Energético, valoramos y entendemos que representa un avance importante en pos de un futuro energéticamente eficiente y sostenible.

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