¿Seguirán subiendo los precios de la energía?

    Con la escalada diaria del precio de la luz mucha gente se está empezando a preguntar si seguirán subiendo los precios de la energía.

    En los últimos meses te has podido encontrar con una ingente cantidad de noticias sobre la escalada de la subida tanto del precio de la electricidad como del gas. Eso si no lo estás padeciendo ya en tus propias carnes. Una dinámica que está afectando a toda Europa.

    Y a esto se le suma ahora el desafío energético en China con la escasez de carbón. Las voces de alarma hablan de racionamiento energético, de escasez de materia prima o de tensionar aún más las cadenas de suministro globales. Y todo esto a las puertas del invierno ¿Qué está pasando? ¿Se trata del apocalipsis? ¿O forma parte de lo que podía ocurrir en un contexto de transición energética?

    En Cambio Energético nos preocupamos por que los hogares y empresas puedan tener herramientas para amortiguar el efecto del mar revuelto en el que se encuentra el sector energético a nivel global. Y el conocimiento sobre lo que ocurre es un buen comienzo. Si tienes alguna duda sobre cómo ahorrar con energía limpia, contacta con nosotros sin compromiso.

    En este artículo te acercamos a la situación que estamos viviendo en unas y otras partes del globo en materia energética, y te ofrecemos algunas sugerencias para sobrevivir a este convulso contexto.

    ¿Hay un desafío energético en Europa?

    Podía ocurrir. La transición energética implica una transformación importante. Y las grandes compañías energéticas lo saben. Saben que parte de su negocio se puede ir al traste y por ello buscan sacar el máximo provecho, al tiempo que buscan alternativas. Ya se sabe “a río revuelto, ganancia de pescadores”. Y en este caso, los consumidores y consumidoras somos los peces ante este desafío energético.

    imagen de un pozo petrolífero para poner en contexto el análisis sobre la crisis energética en Europa

    Si bien la energía renovable está creciendo aceleradamente, todavía es alta la dependencia de combustibles fósiles, especialmente del gas. Dado cómo está establecido el sistema de precios de la energía, esto lo estamos pagando con creces. El aumento de la demanda también tiene que ver en todo esto, pues es base a lo que se calcula la necesidad de que entren en el pool unas energías u otras. 

    Si la demanda aumenta y el suministro disminuye, tenemos como resultado que la luz se dispara alcanzando valores históricos uno tras otro.

    Lo mismo sucede con el gas, que está ocupando el espacio que dejan otras fuentes de energía como el petróleo y la nuclear. Ya se habla de que puede no haber suficiente suministro para abastecer en el invierno, ante las expectativas del crecimiento de la demanda en un invierno frío. De hecho, ya se está negociando con Argelia el suministro para el invierno.

    Esta escalada de precios supone que se reducirá la renta disponible en los hogares y aumentarán los precios de los productos, por el aumento de los costes en la industria, entre otras consecuencias.

    ¿Qué está pasando en China?

    El gigante asiático se ha convertido, en muchos sentidos, en la “gran fábrica” del mundo. Y, por tanto, necesitan mucha energía para alimentar el engranaje que permita que nosotros disfrutemos de todos los aparatos electrónicos que se han normalizado en nuestra vida.

    Pero esto tiene unas consecuencias para el país en términos energéticos, debiendo afrontar un doble reto: por un lado, mantener la producción y suministro eléctrico ante la falta de carbón (y su encarecimiento); por otro lado, avanzar hacia la consecución de los objetivos de emisiones e intensidad energética.

    Veamos con más detalle cada uno de estos retos.

    La escasez de carbón

    De la electricidad que produce China, más de dos tercios proceden del carbón. Más del 90% de este combustible se extrae de minas ubicadas en el país. No obstante, con la creciente demanda, esta producción no es suficiente para conseguir el abastecimiento que necesitan.

    La escasez de este recurso está provocando que todo tipo de fábricas, desde fundiciones de aluminio hasta productores textiles o del procesamiento de soja, se vean obligadas a reducir su actividad o, incluso, a pararla.

    Hasta ahora, el 44% de la actividad industrial de China se ha visto afectada por la escasez de energía. Y se prevé algún corte de electricidad en grandes empresas de 17 provincias y regiones chinas; lo que supone un impacto en la industria que representa el 66% del su PIB.

    Estas circunstancias hacen que este país tenga que intensificar la importación de carbón. Y para ello, además de acudir a sus fuentes tradicionales (Indonesia, Rusia y Mongolia), hay quienes vaticinan que podrían tener que buscar en otros territorios donde tendrán que competir con compradores americanos, africanos, indios y también europeos, que ante la escasez de gas natural están comprando carbón.

    No obstante, la mayoría de estos productores de carbón ya se encuentran en su capacidad máxima. Y, como decíamos antes, si hay mayor demanda y el recurso escasea, el precio seguirá subiendo. De hecho, los 180 dólares que marcaba recientemente el carbón, suponían más del doble desde el comienzo del año y más del triple que los 50 dólares de hace un año. Lo que redunda en la bajada de la producción y su afección en las cadenas de suministro mundiales.

    Si bien, las expectativas del gobierno chino pronostican la reducción gradual de la crisis de suministro, gracias a las medidas que dicen haber tomado para garantizar la producción de energía y evitar los cortes que sumirían al país en una crisis energética aun mayor.

    Alcanzar los objetivos de emisiones

    A la búsqueda de carbón para mantener la producción, se le suma la necesidad de reducir las emisiones de carbono. Para este 2021, el gobierno chino se ha comprometido a reducir en un 3% su intensidad de carbono en 2021. No obstante, hasta el momento solo un tercio de sus territorios lo han logrado. Esto es debido a que los fabricantes han consumido su cuota energética más rápido de lo que habían previsto, en buena medida, por la explosión de la demanda tras la pandemia.

    Las provincias del norte de China, que son también las más dependientes de los combustibles fósiles, fueron las que superaron la cuota de emisiones impuesta por Pekín. Esto supuso que el gobierno chino les obligara a bajar la producción para adecuarse a las previsiones de los expertos en transición ecológica. Lo que supuso incidir también en la subida en los precios del carbón.

    El gobierno chino ha puesto el objetivo en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín que se celebrarán en febrero de 2022; para entonces quiere que el cielo esté totalmente limpio, libre de gases y contaminación.

    Sin embargo, este invierno apunta diferente a los anteriores, cuando los productores recurrían a otros combustibles derivados del petróleo. A la necesidad de reducir emisiones, se le suma los altos precios del petróleo, rozando los máximos del 2018. Por lo que deberán buscar otras alternativas.

    Así pues, China se ve en la necesidad de resolver el entuerto provocado por la escasez de energía por falta de carbón, el endurecimiento de las normas sobre emisiones de gases de efecto invernadero y la fuerte demanda de la industria.

    ¿Hablamos de un problema de orden mundial?

    ¿Qué tienen en común los altos precios del petróleo, los records históricos del gas y la electricidad en Europa y los cortes de electricidad y escasez de suministro en China? Algunos expertos señalan la búsqueda de un rápido repunte de la industria y de la economía, ante la crisis generada por la pandemia del Covid-19. Esto ha provocado la sobrecarga de las cadenas de suministro de energía, haciéndolas más complejas y lentas. Unas circunstancias a las que hay que añadir el impacto de las condiciones meteorológicas (todavía se siente en los huesos a Filomena), tan impredecibles como determinantes.

    Por tanto, si bien la situación energética de cada país es diferente, se comparte un contexto y unas circunstancias comunes. A esto debemos añadir que vivimos en un mundo cada vez más globalizado e interdependiente, a la par que competitivo. Lo que hace que los efectos en unos territorios o mercados acaben afectando, de una u otra manera, a otros. Así, el complejo escenario europeo es el indicador de lo que está sucediendo a nivel mundial en términos energéticos. Esto se debe a la estrecha interconexión de los mercados de gas, carbón, emisiones y electricidad, además de su dependencia de las importaciones de gas natural y carbón.

    A su vez, si hablamos de China en términos de la “gran fábrica” que exporta una enorme cantidad de productos a todo el mundo, cuando este país se ve en crisis, el enorme número de empresas que dependen de su suministro, también se verán afectadas. Esto lo saben muy bien empresas tecnológicas como Apple o Tesla, por ejemplo, cuya producción depende de materiales que provienen de China, como sucede con los chips para móviles y coches. Si no hay chips, Apple tendrá dificultades para continuar produciendo iPhone y Tesla en su producción de vehículos eléctricos.

    ¿Qué hacer ante el complejo contexto de desafío energético?

    En este contexto, nos encontramos con dos polos de opinión: los que consideran que esto es algo temporal y que en unos meses pasará; y los que piensan que nos encontramos ante un problema de dimensiones globales que se alargará en el tiempo. Todo dependerá de cómo venga el invierno. Si hace viento y llueve, podría haber mejoras en la producción de las renovables y aminorar el ascenso del precio. Pero como venga seco y frío, puede llegar incluso a haber riesgos de abastecimiento.

    Si bien las medidas que está implementando el Gobierno han conseguido aminorar en parte el impacto de las constantes subidas de la luz, no están siendo suficientes para frenar el precio de la electricidad, marcando el día tras día un nuevo record histórico que parece no tener fin.

    El Gobierno sugirió que la principal forma de ahorro con la nueva factura de la luz era adaptar tus hábitos de consumo eléctrico a los horarios en los que la electricidad sale más barata; medida que podía complementarse con la mejora de la eficiencia energética de tus electrodomésticos, cambiar a luces LED, entre otras. Sin embargo, esto no siempre es posible o la reducción no llega a ser tanto como se pudiera desear. Además, estos cambios no servirían para disminuir tu dependencia del mercado eléctrico y, con ello, de padecer las constantes subidas de la energía.

    El autoconsumo como alternativa

    Instalación de paneles solares en las Rozas

    Si quieres alcanzar no solo un mayor ahorro sino una mayor independencia del mercado eléctrico, la mejor opción que tienes es pasarte al autoconsumo fotovoltaico. Ya te hemos hablado en varias ocasiones de las ventajas de instalar placas solares en tu casa o empresa. Pero si quieres saber más a este respecto, puedes consultar nuestro artículo ¿Cómo hacer frente a la nueva factura de la luz?

    Pero a las puertas del invierno, puede que te inquiete no solo el suministro eléctrico sino también cómo vas a calentar tu casa o empresa en los próximos meses. Y aquí es donde cobra todo el sentido la combinación de tecnologías como la solar y la aerotermia. Gracias a tus placas solares, podrás alimentar también el sistema de aerotermia que te servirá para calentar el inmueble. Además de ser una tecnología más eficiente, la aerotermia nutrida con energía fotovoltaica es un sistema 100% renovable. Y, por si fuera poco, el precio final por kWh (calorífico) es más barato que el gasoil y el gas natural.

    De esta manera, no tendrás que preocuparte por las oscilaciones de una u otra fuente de energía en el mercado, ya que tu dependencia sobre estos será mínima. 


    En este artículo hemos visto cómo la situación energética del mundo está en una posición compleja y supone un desafío para los responsables políticos: cómo perseguir los objetivos medioambientales sin dañar unas economías aún frágiles. También se ha mostrado cómo haciendo uso de tecnologías como la fotovoltaica y la aerotermia, se puede ahorrar en la factura de la luz, al tiempo que se reduce la dependencia del mercado eléctrico.

    Si quieres pasarte al autoconsumo fotovoltaico, contacta con nosotros sin compromiso. Podemos asesorarte en todo lo que quieras saber al respecto. Te ofrecemos un estudio gratuito de la instalación que puedas requerir y un presupuesto sin compromiso. Además de trabajar con las mejores marcas del mercado fotovoltaico, podemos atenderte en todo el territorio nacional desde nuestra delegación más cercana.

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